¿Abuelos, guardería o canguro? ¿A quién le dejas a tu peque? Pronto vuelves al trabajo y tienes que decidir quién se encargará de cuidar a tu hijo. Quizá puedas contar con los abuelos, pagar a un canguro o conseguir plaza en una guardería. ¿Cuál es la mejor opción? Depende de muchos factores, pero sobre todo de cuál te hace sentir más tranquila. ¿Te quedas más tranquila si lo dejas con tu madre? ¿Prefieres una buena canguro de confianza? ¿O te da más seguridad saber que está en un centro especializado, con personal cualificado? La mejor decisión es aquella que te permita ir a trabajar con la mente tranquila, porque esa calma se la transmitirás a tu hijo, que sentirá que lo dejas en buenas manos. Para ayudarte a decidir, aquí van 10 puntos clave que deberías considerar.

1. ¿Cuánto cuesta volver al trabajo? El factor económico


El tema económico es fundamental al decidir entre abuelos, guardería o canguro. Los abuelos (cuando pueden cuidar gratis): la opción más económica. Aunque, como veremos, puede tener un “coste” en cuanto a tensiones familiares.
La guardería: en España, los precios varían según la comunidad autónoma, si el centro es público, concertado o privado, y tus circunstancias personales. Algunas guarderías públicas tienen cuotas ajustadas según renta, y en algunas comunidades existen ayudas al cuidado infantil.
El canguro: el precio depende de la ciudad, la experiencia y si se trata de un servicio regular o esporádico. Puedes consultar el coste medio por hora en nuestra guía sobre cuánto cobra un canguro.

2. ¿Es demasiado pequeño para ir a la guardería?


La edad del niño es clave a la hora de elegir. Muchos psicólogos recomiendan, hasta los 12–18 meses, priorizar un vínculo individual con un adulto de referencia, como un abuelo o canguro.
Una guardería, aunque muy buena, no puede ofrecer una atención uno a uno.
Algunos padres temen que su hijo sea “demasiado pequeño” para estar con otros niños o convivir con críos más mayores. Pero estos encuentros forman parte del crecimiento. Si no los tiene ahora, los tendrá en educación infantil, donde convivirá con niños de hasta 5–6 años. Las educadoras están formadas para gestionar conflictos y situaciones sociales. Por tanto, no es un peligro: es una oportunidad para aprender a relacionarse.

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3. Seguridad: ¿es segura la casa de los abuelos?



Saber que tu hijo está seguro en tu ausencia es vital para llevar la separación con calma. En la guardería estará en un entorno adaptado, con profesionales cualificados. Puedes confiar en que estará bien cuidado.
Con un canguro de confianza, que haya sido debidamente seleccionado y con quien tengas buena comunicación, también puedes sentirte segura. Es fundamental hablar sobre seguridad, y revisar juntos los cuidados necesarios según la etapa.
En casa de los abuelos, evalúa si tienen capacidad física, atención constante y entorno adecuado. ¿Pueden seguirle el ritmo? ¿Tienen fuerza para levantarlo, vista y oído suficientes? La casa puede tener peligros como productos de limpieza al alcance, esquinas filosas o medicamentos visibles. Hablad sobre cómo adaptar el espacio y valorad hacer juntos un curso de primeros auxilios pediátricos. Lee nuestro artículo sobre cómo prevenir accidentes en casa.

4. ¿Habrá tensiones? Estilos educativos distintos


Las diferencias en la forma de criar pueden generar conflictos. Con un canguro, puedes pactar desde el principio tus valores y expectativas, y encontrar puntos en común.
Con los abuelos, puede que cueste más. Tienen sus propias ideas, a veces muy arraigadas, sobre comida, siestas, rutinas o premios. No es fácil decirle a tu suegra —que cuida a tu hijo con todo su cariño— que preferirías que no le dé chucherías o que no duerma tantas horas.
En las guarderías, el equipo sigue una metodología definida. Eso reduce los roces y ofrece más coherencia.

Niñera ayudando a un niño pequeño mientras juega con bloques educativos.

5. Socialización: ¿necesita estar con otros niños?


Uno de los principales motivos para elegir una guardería suele ser la socialización.A partir de los 2 años, estar con otros niños y aprender a convivir es muy importante. En una guardería esta socialización está garantizada. Con un canguro, se pueden organizar actividades en parques, centros cívicos o ludotecas.
Con los abuelos, dependerá de su energía y tiempo. ¿Tendrán ganas de salir al parque cada tarde?
Antes de los 18–24 meses, lo más importante sigue siendo la figura adulta de referencia. Algunos expertos consideran que la “socialización” en la guardería a esa edad es más convivencia que verdadera interacción.

6. Estímulos y aprendizaje


En una guardería el niño puede experimentar con materiales, texturas, sonidos, colores. Es un espacio educativo: aprenden a comer solos, a lavarse las manos, a compartir. En nuestro artículo sobre juegos en casa encontrarás muchas ideas divertidas para crecer y aprender jugando.
Un canguro con experiencia puede ofrecer actividades en casa: plastilina, música, cuentos, juegos simbólicos. Los abuelos suelen ofrecer más afecto que actividades estructuradas, aunque eso también es valioso.

7. “Al menos está en familia” ¿pero a qué precio?


El vínculo con los abuelos es esencial, pero si pasan todo el día juntos, pueden perder esa magia especial de las visitas. Pueden llegar a enfadarse o perder la paciencia por cansancio.
Un canguro o una educadora también pueden convertirse en personas muy queridas, si se establece una relación sana y estable.

8. Estabilidad: ¿y dentro de un año?


¿Durante cuánto tiempo podrán los abuelos cuidar al niño? ¿El canguro estará disponible si cambian tus horarios? ¿El personal de la guardería será el mismo durante todo el curso?
Piensa en la continuidad. Los cambios frecuentes pueden desestabilizar emocionalmente al niño.

9. El periodo de adaptación: también con abuelos


Sea cual sea tu elección, el niño necesitará tiempo para adaptarse. Las guarderías cuentan con un periodo de adaptación progresivo. Con una canguro, también es recomendable: primero que lo conozca, luego que lo cuide estando tú presente, y más adelante que se quede solo. Te lo contamos todo en nuestro artículo sobre cómo ayudar a tu hijo a adaptarse a la guardería.


Si irá con los abuelos, familiarízalo con esa rutina: que coma allí, duerma la siesta, juegue, y que pase tiempo contigo en su casa antes de empezar. Durante las primeras semanas, dedica tiempo de calidad a tu hijo al regresar del trabajo: sin móvil, sin distracciones. Con el tiempo, se habituará y se sentirá seguro otra vez.

10. ¿Y tú? Tiempo personal para cuidarte


Al reorganizar tu rutina laboral, también necesitas espacio para ti. Una madre tranquila transmite serenidad a su hijo. Cuando todo se estabilice, no olvides reservar un rato para leer, salir a pasear, ir al gimnasio o tomar algo con una amiga. ¿Los abuelos pueden quedarse un rato más si sales? ¿O necesitas un canguro ocasional para planes puntuales? Evalúa todas las posibilidades. Puedes combinar soluciones: guardería por la mañana, abuelos por la tarde, canguro ocasional por la noche. Lo importante es crear una rutina que dé estabilidad y confianza.


La mejor elección es la que te dé paz mental. Si tú estás tranquila, tu hijo lo sentirá. Asegúrate de que se queda con alguien que te transmite confianza y que tú lo sientas como una buena opción.

¿Y tú? ¿Ya has decidido entre abuelos, guardería o canguro? ¿Tienes algún consejo que pueda ayudar a otras familias? ¡Cuéntanos tu experiencia!